Los derechos humanos son, indudablemente, una de las áreas en la que se han visto más avances en estos últimos 10 años de gobierno del Frente Amplio. Aunque queda muchísimo por hacer, no tenemos que salirnos del camino marcado por las conquistas recientes y seguir luchando para que cada vez más gente pueda ejercer sus derechos plenamente, en paz y con todas las garantías.

Las recientes conquistas como la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, el Matrimonio Igualitario y la regularización del mercado de cannabis nos pusieron al frente a nivel mundial en la lucha por más derechos, pero también nos comprometen a seguir dando el ejemplo. Es por eso que en octubre, junto con las elecciones nacionales, convocamos a no votar el proyecto de reforma constitucional que establece la baja de la edad de imputabilidad.

Promovemos la formación de la ciudadanía para asumir en conjunto la responsabilidad por mejorar la convivencia desde una perspectiva de derechos, con énfasis en la participación de todas y todos en la construcción colectiva de un proyecto común de sociedad.

Por eso decimos enérgicamente NOALABAJA de la edad de imputabilidad.

Queremos, sin dudas, ganar el plebiscito. Pero queremos, sobre todo, que la sociedad comprenda cabalmente los efectos perversos de hacer responsable a niños, niñas y adolescentes de problemas que generamos y reproducimos nosotros, los adultos. Cada voto a favor de bajar la edad de imputabilidad será una cabeza que nos faltó convencer y ganar para el proyecto político de avance de la sociedad. Nuestra esperanza es que no haya ni un voto a la baja.

La Baja no sirve, no es una medida en la que asumimos la responsabilidad colectiva por la forma en que convivimos. Estigmatiza y reduce un problema multicausal a la idea de que los adolescentes son los grandes causantes de los problemas de convivencia que tenemos, y en particular, de la inseguridad en sí.

La baja de la edad de imputabilidad no soluciona el problema de la inseguridad. No mejora la seguridad porque no es una propuesta bien fundamentada, no se sustenta en ninguna norma legal (tanto nacional como internacional) o social, ni responde a argumentos científicos. No es una propuesta racional.

Según las encuestas, la inseguridad es el tema que más preocupa a los uruguayos. Los que impulsan este plebiscito sostienen que “algo hay que hacer” y algunas personas creen que apoyar esta medida es realmente hacer algo para mejorar la seguridad. Sin embargo, seguún las estadi´sticas, asociar la inseguridad al delito adolescente es un error. Solo el 6% de los asuntos penales iniciados en 2010 corresponden a la justicia penal juvenil.

La Baja es peor, además, porque los danños generados por esta propuesta serían irreversibles tanto para los individuos como para nuestra sociedad. Las cárceles son entornos hostiles que lejos de solucionar la violencia, la potencian. En un sentido más amplio, aprobar esta propuesta nos califica como sociedad que tomó la decisión de no formar y desarrollar a sus jóvenes sino que opta por condenar y reprimir sin asumir que estos jóvenes que delinquen son fruto de la sociedad construida por todos y todas, que no ha podido atender los factores que empujan a estos jóvenes a una vida que difícilmente sea elegida.

Los niños, niñas y adolescentes que delinquen hoy, son hijos de la sociedad que segrega y excluye, aquella que construyeron quienes otrora estuvieron en el gobierno y actualmente, con nuevo disfraz, se erigen en defensores de la sociedad y los buenos vecinos.

Sobre todas las cosas, bajar está mal, muy mal.

Bajando no se hace nada por nadie, no se asegura nada para nadie, tan solo probamos soluciones erradas a problemas más grandes, y precisamente con nuestros jóvenes. Pero no estaremos, de ningún modo, construyendo futuro.

Bajar nos evita reconocer que todo joven parte de una historia que lo llevó a estar en esa situación, visualizar que hay una segunda oportunidad para aquellos que no tuvieron una primera. Estaremos optando, como sociedad, por la exclusión en lugar de la integración. Por el miedo por sobre la confianza, por la venganza sobre la justicia social.

Es tiempo de asegurarnos de no retroceder en derechos, de no dar ni un paso atrás, no dando ni un voto a esta propuesta, NI UN VOTO A LA BAJA.