Astori en su exposición habló de innumerables puntos que no estamos acostumbrados a escuchar en discursos sobre economía. Universalismo y focalización, enfoque de derechos, inclusión, reconocimiento recíproco de las personas, equidad; son algunos de los puntos que el FA considera dentro de su política económica. Así, la política económica está directamente involucrada en todas las profundas transformaciones sociales que el país ya vivió, y en las que el Frente propone para el próximo período de gobierno.
Hubo, a su vez, un planteo muy fuerte de defensa de la política frente a la tecnocracia. Y esto es un elemento crucial para la democracia y la vida de la gente, aunque a priori parezca sólo una cuestión dialéctica entre posibles futuros ministros de economía del FA y de la oposición. Creemos que las decisiones son siempre políticas. Pero cuando nos quieren hacer creer que es en el terreno técnico en el que se resolverá, sólo nos están arrebatando, a la ciudadanía, la posibilidad de opinar y de controlar: de hacer política.
Mientras las decisiones estén en la esfera de la política, cualquiera podrá disentir y poner el grito en el cielo. Cuando lo que legitima una medida es el saber técnico, sólo aquellos que compartan ese saber podrán opinar. Pero la decisión será siempre política.
Una alerta para los incautos: estamos muy lejos de adherirnos a discursos que desprecien el saber técnico o a los y las intelectuales. Creemos que el FA ha dado muestras excelentes de cómo se debe integrar el saber técnico para tomar decisiones políticas informadas. Esta defensa de la política es un rasgo de la izquierda que creemos que hay que acentuar cada vez más.
Junto con esto, Astori recalcó que hay una política económica de izquierda, barriendo de un plumazo con la falsa idea instalada de que la política económica del Frente es continuadora de la de blancos y colorados. Básicamente, se trata sí, de que los indicadores macroeconómicos cierren. Pero esto –que las cuentas cierren- lo hace hasta el más despiadado empresario.
La forma más sencilla de que los números cierren es ajustar en la gente. Contra la gente. La derecha ya mostró que en el momento en que las cuentas no cierran, realiza ajustes fiscales que obviamente los pagan los trabajadores y jubilados. Y las cuentas a veces les cerraban, pero a la gente les dejaban de cerrar.
Por eso es que hay una forma de combatir la inflación y manejar el déficit fiscal que es de izquierda. Por eso, es que el equilibrio macroeconómico del FA no tienen nada que ver con el de la derecha. El nuestro, es con la gente adentro. Siempre con la gente adentro.
Por último, la política económica de izquierda muestra un gran dinamismo y una capacidad de adaptación a los cambios que el propio FA ha buscado. Y los cambios los determina la política, no el saber técnico. Si tomamos dos grandes elementos de la política económica frenteamplista, como la reforma tributaria y la promoción de inversiones, veremos que no son políticas estáticas, sino que se han profundizado a medida que los cambios en el país (y sobre todo en la calidad de vida de la gente) se fueron notando.
En la reforma tributaria, por ejemplo el aumento sostenido del mínimo no imponible es un buen ejemplo de una medida que progresivamente busca la profundización de la equidad tributaria. Asimismo, las propuestas de nuevas deducciones al IRPF y el futuro cálculo de los aguinaldos y salarios vacacionales por separado, son ejemplos de cambios que genera la izquierda, atendiendo demandas justas y legítimas de la clase media uruguaya.
En cuanto a la promoción de inversiones el programa del FA es muy claro para el próximo período: deberemos seguir ajustando estos instrumentos, para que quien venga a invertir lo haga cada vez más en ciertos sectores, que impliquen un alto valor agregado y procesos virtuosos, como la incorporación de tecnología.
En síntesis, lo que queremos subrayar es el incontrastable hecho de que el FA le ha devuelto la política a la gente. Esto es más democracia. Y esta es la base para estar seguros de que la profundización de reformas estructurales iniciadas y la generación de nuevas reformas, están a la vuelta de la esquina.